La miro...
apoyando mi espalda contra la chimenea
(antes alguna vez estuvimos igual)
escucho su discurso barato, pronunciado a medias
por el ron-cola de ese amanecer
y me siento a kilómetros, pero igual capto lo que quiere,
con solo mirarla...
Mis pasos por el corredor indican que es tarde
(a pesar de lo temprano del nuevo día)
apago las luces y me acuesto inquieto
vuelta tras vuelta las sabanas me ahogan
tomo una decisión, salgo a tropezones en la oscuridad,
me dirijo a su habitación
la excusa el encendedor, quiero fumar, prendo una luz indirecta
que ilumina a medias su cara, ¿quizás me hable?
¿nos demos un tiempo como satisfacción?
tomo el encendedor, ella duerme pesadamente...
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